lunes, 9 de julio de 2012

La democracia de la oligarquía y el bipartito


Esta pseudemocracia que nos impusieron los partidos de derechas en  la denominada “Transición” con argucias y engaños (pactada por todos los poderes fácticos) se reduce a una actividad banal del mercado liberal, donde “Votar” es como “ir al mercado” de compras. La gente no particípa en la política, ni en el poder. No están involucrados en las decisiones políticas. Son considerados como meros consumidores de política.

A intervalos regulares, se inicia la competición entre los principales grupos políticos, que con la ayuda de especialistas en comunicación, se venden en el mercado con grandes dotes de publicidad, buscando vender su elixir de juventud y otras curas milagrosas. Y a esto se le llama elecciones, un gran fraude, que mediante una injusta ley electoral perpetúa en el poder el bipartidismo reinante.
Como consecuencia de este fraude los ciudadanos estamos perdiendo nuestra soberanía y el Estado se ha convertido en un protectorado alemán,  “aceptamos” pasivamente el gobierno de los tecnócratas y con ello  estamos poniendo sin contraprestación alguna, la democracia en manos de los responsables de la crisis.
Desde que la crisis se inició en 2007, la población española ha estado sometida a toda una serie de políticas públicas que han significado un gran recorte de sus derechos laborales y sociales, que han afectado de una manera muy notable al bienestar social y a la calidad de vida de casi todos los españoles.

Hemos visto durante estos años de crisis la congelación y pérdida de la capacidad adquisitiva de las pensiones, el retraso de la edad de jubilación, la reducción del gasto público en las transferencias y servicios del Estado del bienestar (con recortes muy acentuados de la sanidad pública, de la educación pública, de los fondos y servicios a las personas con dependencia, de las escuelas de infancia, de los fondos para la prevención de la pobreza y de la exclusión social, de los servicios sociales, de las viviendas sociales, del nivel de cobertura de los seguros de desempleo y de las ayudas a la integración de los inmigrantes). Y por otra parte hemos sufrido las reformas del mercado laboral, que se han llevado a cabo con un claro  objetivo, reducir los salarios y la capacidad de negociación de los trabajadores. A todas esas medidas se han añadido la reducción del empleo público y de los salarios a tales empleados públicos.
Pero lo excepcional es que aún resistan los diques colocados tras la II Guerra Mundial, para impedir a las Izquierdas, conseguir el poder. En todos los Estados Europeos se idearon sistemas "democráticos", en los que se alternaban dos opciones con muy pocas diferencias en realidad dos caras de la misma moneda (con escasos matices) pero las dos apoyando al sistema Capitalista. Tanto socialdemócratas, como la derecha, su intención última era la de no permitir un avance real del Pueblo. Esa es la excepcionalidad, que hayan aguantado tanto.

Ahora ya está todo visto, aquí donde está el PSOE, junto con el PP, en todo Europa lo mismo. El Capitalismo ha entrado en fase terminal y sus monigotes no pueden actuar porque les falta la energía, (dinero) para contentar a las masas. Resulta demencial comprobar que aún hay gente que cree en la socialdemocracia y que el antiguo Estado de Bienestar se va a mantener, pero se equivocan esto irá a peor y gente que ahora vota socialdemócrata, tendrá que elegir entre la miseria y el cambio real que le ofrece la Izquierda.

Y es que ahora no habrá ya migajas, como las ha habido desde el 1945. El Capitalismo ha llegado a un punto que lo que quiere son esclavos y no necesita ya a la socialdemocracia, porque el Pueblo ha visto lo que ésta es realmente, unos lacayos al servicio del Capital, pintados con ciertos colores de camuflaje, no hay nada más. En lo fundamental son la misma cosa que la derecha conservadora del PP (heredera del franquismo).  Esta “lección” nos pone delante una pantalla que nos está diciendo y enseñando la verdad de estos miserables dos partidos que se han tratado de eternizar engañando al pueblo.

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