Esta
pseudemocracia que nos impusieron los partidos de derechas en la denominada “Transición” con argucias y
engaños (pactada por todos los poderes fácticos) se reduce a una actividad
banal del mercado liberal, donde “Votar” es como “ir al mercado” de compras. La
gente no particípa en la política, ni en el poder. No están involucrados en las
decisiones políticas. Son considerados como meros consumidores de política.
A
intervalos regulares, se inicia la competición entre los principales grupos
políticos, que con la ayuda de especialistas en comunicación, se venden en el
mercado con grandes dotes de publicidad, buscando vender su elixir de juventud
y otras curas milagrosas. Y a esto se le llama elecciones, un gran fraude, que
mediante una injusta ley electoral perpetúa en el poder el bipartidismo
reinante.
Como consecuencia de este fraude los ciudadanos estamos perdiendo nuestra soberanía y el Estado se ha convertido en un protectorado alemán, “aceptamos” pasivamente el gobierno de los tecnócratas y con ello estamos poniendo sin contraprestación alguna, la democracia en manos de los responsables de la crisis.
Desde
que la crisis se inició en 2007, la población española ha estado sometida a
toda una serie de políticas públicas que han significado un gran recorte de sus
derechos laborales y sociales, que han afectado de una manera muy notable al
bienestar social y a la calidad de vida de casi todos los españoles.
Hemos
visto durante estos años de crisis la congelación y pérdida de la capacidad
adquisitiva de las pensiones, el retraso de la edad de jubilación, la reducción
del gasto público en las transferencias y servicios del Estado del bienestar
(con recortes muy acentuados de la sanidad pública, de la educación pública, de
los fondos y servicios a las personas con dependencia, de las escuelas de
infancia, de los fondos para la prevención de la pobreza y de la exclusión
social, de los servicios sociales, de las viviendas sociales, del nivel de
cobertura de los seguros de desempleo y de las ayudas a la integración de los
inmigrantes). Y por otra parte hemos sufrido las reformas del mercado laboral,
que se han llevado a cabo con un claro
objetivo, reducir los salarios y la capacidad de negociación de los
trabajadores. A todas esas medidas se han añadido la reducción del empleo
público y de los salarios a tales empleados públicos.
Pero
lo excepcional es que aún resistan los diques colocados tras la II Guerra Mundial, para
impedir a las Izquierdas, conseguir el poder. En todos los Estados Europeos se
idearon sistemas "democráticos", en los que se alternaban dos
opciones con muy pocas diferencias en realidad dos caras de la misma moneda
(con escasos matices) pero las dos apoyando al sistema Capitalista. Tanto socialdemócratas,
como la derecha, su intención última era la de no permitir un avance real del
Pueblo. Esa es la excepcionalidad, que hayan aguantado tanto.
Ahora
ya está todo visto, aquí donde está el PSOE, junto con el PP, en todo Europa lo
mismo. El Capitalismo ha entrado en fase terminal y sus monigotes no pueden actuar
porque les falta la energía, (dinero) para contentar a las masas. Resulta
demencial comprobar que aún hay gente que cree en la socialdemocracia y que el
antiguo Estado de Bienestar se va a mantener, pero se equivocan esto irá a peor
y gente que ahora vota socialdemócrata, tendrá que elegir entre la miseria y el
cambio real que le ofrece la
Izquierda.
Y
es que ahora no habrá ya migajas, como las ha habido desde el 1945. El
Capitalismo ha llegado a un punto que lo que quiere son esclavos y no necesita
ya a la socialdemocracia, porque el Pueblo ha visto lo que ésta es realmente,
unos lacayos al servicio del Capital, pintados con ciertos colores de
camuflaje, no hay nada más. En lo fundamental son la misma cosa que la derecha
conservadora del PP (heredera del franquismo). Esta “lección” nos pone delante una pantalla
que nos está diciendo y enseñando la verdad de estos miserables dos partidos
que se han tratado de eternizar engañando al pueblo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario