El capitalismo y el bipartidismo existente que impera en España, en toda Europa y casi en todo el mundo, se debe en gran parte a los medios de comunicación que solo muestran a los dos partidos que perpetúan el poder de la clase dominante, que además de ser la propietaria de esos medios de comunicación, controlan el capital económico y financiero a través del BM y el FMI. La historia se repite de nuevo en nuestro país, Rubalcaba es el Sagasta del Canovas Rajoy, una alternancia en el poder legislativo (que no una verdadera alternativa) para que nada cambie y todo siga igual, es decir “atado y bien atado” según las recomendaciones del general dictador y genocida.
Pero no es solo el hecho de que los medios nos inunden cada día con las dos caras de la misma moneda de los distintos responsables del PSOE o del PP, lo que hace que el ciudadano no vea más allá, sino que como ha ocurrido en los últimos treinta años, éstos han conseguido que psicológicamente el ciudadano trabajador, aquel que no posee los medios de producción y recibe un salario por el trabajo realizado, se identifique con total lealtad con el PSOE al que pertenece, simpatiza y vota porque equivocadamente cree que le representa como clase, llámese esta clase trabajadora o clase “media”, en todo caso asalariado.
Por otra parte, el pequeño o mediano empresario, incluso el autónomo, también equivocadamente cree a pies juntillas que el único partido con el que va a conseguir mejorar económicamente y que tiene en cuenta sus intereses es el PP, siendo este otro monumental engaño pues el PP se encuentra al servicio del Gran Capital ese mismo que ahoga a la pequeña y mediana empresa, el que le niega el crédito condenándole al cierre de su negocio, pues Rajoy no va a solucionar los problemas de las PYMES ni de los autónomos, ni tan siquiera de la economía del país con más capitalismo, sin que fluya el crédito, con más especulación, más ayudas a la gran patronal y a los banqueros, mas corrupción y más recortes.
El problema fundamental del PSOE como izquierda es que sus dirigentes han logrado a finales del siglo pasado y principios del actual, que un partido de la clase trabajadora que ha sido el partido de la socialdemocracia, repitiendo el mismo proceso por el que abandonó el marxismo, ha abandonado ahora la socialdemocracia para imbuirse abiertamente en las tesis neoliberales y aceptar abiertamente el capitalismo feroz, a la vez que ha abandonado la defensa del “estado del bienestar”, lo único que le diferenciaba del PP, hoy por hoy el bipartidismo podría haberse presentado en aras de la verdad en una sola lista electoral, pues sus políticas son coincidentes, es decir sacrificios para los trabajadores y beneficios para los capitalistas que han originado las crisis.
El ejemplo de Grecia e Italia, en donde el capitalismo financiero ha realizado, sin paliativos, un golpe de Estado en complicidad con la UE, no permitiendo que el pueblo tomara posición de su legítimo futuro mediante referéndum y poniendo un presidente de gobierno al que no ha votado nadie, sino que les ha sido impuesto y que peligrosamente ha elevado a cuatro “ultras de extrema derecha” a la categoría de ministros sin haber pasado por las urnas, esto nos puede dar una idea exacta de la situación: el capitalismo ha abolido la democracia y con ello los derechos soberanos del pueblo heleno e italiano de un solo plumazo. ¿Continuará esta espiral con Portugal, Irlanda y finalmente España?. Los hechos demuestran que es posible y quizá hasta probable.
IU ha sido la única Organización política que en los últimos treinta años ha mostrado una coherencia ideológica, un continuismo anticapitalista, laico y republicano como no pude ser de otra manera en las gentes de izquierdas. Por otra parte IU resulta muy incómoda al poner al descubierto y quitarle la máscara al PPSOE que siempre al servicio del capital y disfrazado de una falsa progresía realiza políticas en contra de la mayoría de los ciudadanos y a favor del neoliberalismo más desenfrenado y de las guerras imperialistas made in USA.
Por todo esto, IU tiene que ser el partido hegemónico de las izquierdas, que aglutine en su Organización a todos los partidos minoritarios de izquierdas que no han abandonado el sentido de la lucha de clases y sus principios anticapitalistas, luchando en la calle y en el Congreso contra los dos partidos que detentan el poder político y mediático al servicio del gran capital, en defensa de lo público y del maltrecho “estado de bienestar”.
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