sábado, 1 de mayo de 2010

EL FRACASO DE BIPARTIDISMO Y CASTILLA LA MANCHA

Castilla-La Mancha ha ganado la batalla del agua, así se encabezaba un informe de la revista oficial de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha publicado en el mes de abril de 2005. Se refería al resultado del, por entonces, llamado “acuerdo histórico” entre el Gobierno de la región, ya presidido por José María Barreda y el Ministerio de Medio Ambiente, por el cual se “venían a satisfacer las reivindicaciones y necesidades de la región en materia de agua”. Cinco años después contemplamos con tristeza que el parlamento regional es un escenario para la autocomplacencia, los discursos teledirigidos, el enfrentamiento por el enfrentamiento y que está en las antípodas de las preocupaciones de los ciudadanos y de los trabajadores de Castilla-La Mancha. Hemos asistido durante más de tres años a un espectáculo con triste final y a una verdadera pérdida de tiempo, esfuerzo y dedicación de los representantes elegidos por el pueblo, más pendientes de la trascendencia mediática y mirar por los intereses y rivalidades partidistas. Una cuestión tan sensible para la ciudadanía como es el agua no puede usarse de una manera tan electoralista.

El año que viene hay elecciones y lo que cuenta es ganarlas a toda costa ya se pueden preparar los ciudadanos para ir recibiendo un constante bombardeo publicitario y las continuas luchas sin cuartel entre dos formaciones políticas que se enfrentan por una cuestión semántica respecto al tema del agua que sin embargo coinciden en los planteamientos económicos, sociales y políticos del modelo fracasado que sufren los ciudadanos y trabajadores de Castilla-La Mancha. Este panorama tiene un trasfondo político descarado, el agua como herramienta política y una realidad que no se afronta, la profunda crisis que estamos sufriendo, los más de 204.000 parados y la mediocre realidad institucional de una región que camina sin rumbo y en la que cada día se hace más necesaria una reforma en profundidad del sistema bipartidista dañino que estamos sufriendo y que coarta, excluye y degenera nuestra democracia. Mientras tanto Barreda y Cospedal están más preocupados por su futuro personal y político. Es un fracaso del PSOE y del PP. Es un fracaso para Castilla-La Mancha.

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