Han llegado estas fechas de Semana Santa y aparte de las ya tradicionales procesiones vemos como las diferentes instituciones del Estado se ponen en manos de la "fe cristiana". En un país donde su Ley Fundamental establece en el art. 16.3 que "Ninguna confesión tendrá carácter estatal" somos testigos como año tras año los políticos electos, sobre todo alcaldes y concejales (que nos representan a TODOS, también a los creyentes de otras confesiones y a los que no profesan ninguna religión) representan a los ciudadanos caminando detrás de los correspondientes "pasos" junto con las autoridades eclesiásticas. No nos oponemos a que estas personas participen en los actos religiosos, pero siempre de forma particular y anónima, nunca en representación del ayuntamiento, comunidades autónomas u otras instituciones.
Pero el premio se lo lleva el ejército, participando activamente en algunas de las procesiones, sobre todo en Andalucía. Recordemos que en el art. 8.1 de la Constitución se establece que "Las Fuerzas Armadas, constituidas por el Ejército de Tierra, la Armada y el Ejercito del Aire, tienen como misión garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional".
Todo esto sumado colegios con nombre de "santos", crucifijos en edificios educativos, funerales de estado, juramentos de diputados frente a crucifijos, etc., conlleva a que muchos ciudadanos que no profesamos religión católina (en el caso del que escribe estas líneas, ninguna) no nos sintamos representados por estos políticos que en todo momento están al lado de los poderosos, por tanto del estamento católico.
Pero el premio se lo lleva el ejército, participando activamente en algunas de las procesiones, sobre todo en Andalucía. Recordemos que en el art. 8.1 de la Constitución se establece que "Las Fuerzas Armadas, constituidas por el Ejército de Tierra, la Armada y el Ejercito del Aire, tienen como misión garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional".
Todo esto sumado colegios con nombre de "santos", crucifijos en edificios educativos, funerales de estado, juramentos de diputados frente a crucifijos, etc., conlleva a que muchos ciudadanos que no profesamos religión católina (en el caso del que escribe estas líneas, ninguna) no nos sintamos representados por estos políticos que en todo momento están al lado de los poderosos, por tanto del estamento católico.
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