Para dar respuesta tanto a los múltiples despropósitos vertidos en los medios de comunicación en las últimas semanas por parte de promotores y responsables políticos con respecto al aeropuerto como a la campaña de desinformación y ocultación de la verdad que los citados promotores y políticos están desplegando con la inestimable colaboración de la prensa de nuestra tierra.
Izquierda Unida no puede alegrarse del nuevo retraso indefinido que está sufriendo el proyecto del aeropuerto, pero debemos ser concientes de que no puede ser aceptado el chantaje de los promotores, que utilizan los puestos de trabajo en suspenso como coartada para conseguir soslayar las leyes.
Sin embargo, Izquierda Unida se congratula de que por fin, haya una administración que se preocupe de hacer cumplir la ley a los promotores. El proyecto entrará en funcionamiento cuando cumpla la ley, ni más ni menos. Y la sociedad manchega debe estar agradecida a las organizaciones ecologistas que, con más militancia que ganarse la vida con ello, están realizando un trabajo profesional de preservación del medio para las generaciones actuales y futuras que pocas veces se les reconoce. Éste es su papel en una sociedad que aspira a ser democrática, aunque les pese a quienes les acusan de impedir un supuesto “progreso” que nosotros preferimos denominar desarrollismo.
Es totalmente falso que, simplemente se trate de unos meros “formalismos administrativos”. No se ha cumplido la inmensa mayoría de las medidas compensatorias establecidas en la tercera DIA (declaración de impacto ambiental) que fueron condición indispensable para que la Unión Europea paralizase el proceso sancionador abierto a España por autorizar la construcción de un aeropuerto en un enclave tan sensible para el medio ambiente. Medidas que tienen por objeto atenuar las gravísimas consecuencias que está teniendo la infraestructura sobre la Zona de Especial Protección para las Aves y el complejo volcánico del Campo de Calatrava, así como garantizar la salud y el descanso de los vecinos de la zona y la seguridad de los pasajeros, por encontrarse el aeropuerto en una zona de tránsito de aves.
Tenemos muy claro que a PP y PSOE, al igual que a nuestras administraciones regional, provincial y local, no les importa lo más mínimo la preservación de nuestro patrimonio natural (qué desolador resulta que tengan que ser la administración central del Estado y la Unión Europea, previa denuncia de las organizaciones ecologistas, quienes defiendan nuestro patrimonio de la acción de nuestros políticos y empresarios), pero, al menos, podía preocuparles la enorme cantidad de dinero de organismos y entidades públicas que se ha invertido en el proyecto (supuestamente privado) y exigir de una vez por todas a los promotores que cumplan con lo establecido por la ley.
La posición de Izquierda Unida es bien conocida: nunca nos hemos opuesto a la realización del proyecto, pero sí a su emplazamiento, y parece que los acontecimientos no dejan de darnos la razón. Hubiese resultado mucho más sencillo y provechoso para el bien común elegir un lugar sin los problemas que se sabía tenía este emplazamiento, en vez de obstinarse, por intereses particulares de los promotores, en mantenerlo y, después, pretender ajustar la ley al proyecto con calzador. De aquellos barros vienen estos lodos. Desgraciadamente, como se ha encargado de recordarnos nuestro Presidente, el Sr. Barreda, efectivamente sin el “apoyo de la Junta” (o más bien complicidad sospechosa) este despropósito no habría salido adelante, y tanto él como su antecesor decidieron ponerse del lado de los intereses de los promotores y tirar para adelante. Los hechos se han consumado, por tanto, y ya sólo nos queda exigir que se cumplan todas y cada una de las medidas recogidas en la DIA antes de autorizar la puesta en marcha del aeropuerto.
Por último, queremos mostrar nuestra solidaridad, apoyo y agradecimiento hacia quienes se atreven a levantar la voz por la verdad, aunque comprometa su puesto de trabajo. Gracias, Carlos.
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