Es una cifra escandalosa: 525 trabajadores han muerto hasta julio. Trabajadores que por cierto, no merecen un minuto de reflexión el la televisión. Aprovecharon el tirón comercial que les daba las noticias de asesinatos de mujeres a manos de sus parejas, y hemos sido testigos que la gran concienciación sobre la lacra que estos repugnantes crímenes eran para nuestra sociedad. Con el “caso Mariluz” otro tanto de los mismo. La pobre muchacha fue asesinada poco después del huracán mediático Madeleine (víctimas ella y su familia de la prensa carroñera) y sirvió para darle una sacudida a nuestro sistema judicial y en general al abandono de los servicios públicos por parte de los partidos gobernantes. ¿Para cuando la concienciación sobre el sangrante terrorismo patronal en nuestro país?
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